domingo, 22 de marzo de 2020

Reseña El Priorato del Naranjo




-Sinopsis sacada de Roca Editorial-



Resultado de imagen de the priory of the orange tree artLa Casa de Berethnet ha gobernado Inys durante mil años. Aún sin casar, la reina Sabran IX debe concebir una hija para proteger a su reino de la destrucción. Pero los asesinos cada vez están más cerca. Ead Duryan es una intrusa en la corte. A pesar de que se ha posicionado como dama de compañía, es leal a una sociedad oculta de magos. Ead vigila a Sabran, protegiéndola en secreto con magia prohibida.

Al otro lado del mar oscuro, Tané ha entrenado toda su vida para ser una jinete de dragón, pero se ve obligada a tomar una decisión que podría romper su vida en añicos. Mientras tanto, el Este y el Oeste siguen divididos. Cada región tiene una religión diferente basada en los sucesos acaecidos mucho tiempo atrás. Los que adoran a los dragones, los que los detestan y quienes adoran al Sin Nombre aparentemente nunca se pondrán de acuerdo. Y las fuerzas del caos se despiertan de su letargo y parecen estar a punto de llegar.



OPINIÓN PERSONAL 

(SIN SPOILERS)

Un amigo me habló de este libro y de cómo lo describían en su propia portada: "sucesora feminista de Tolkien y George R.R. Martin" Dije: wow, esas son palabras mayores. Y junto con esa preciosa portada amarilla (admitámoslo, muchos libros nos entran por los ojos primero), me convencieron totalmente de comprármelo.
Estoy escribiendo un libro de fantasía épica y, por lo tanto, quería empaparme tanto como me fuera posible de este género. El Priorato del Naranjo se presentaba como un titán de este género, y más siendo escrito por una autora (doy las gracias por que, actualmente, las escritoras se estén lanzando de lleno a la fantasía) y lo que encontré me dejó una sensación agridulce.
Antes de entrar con spoiler, quiero dar mi visión general del libro: creo que la obra de Samantha Shannon es un popurrí de clichés, buenas ideas, ejecución regulera y buena técnica. Me explico: no es una historia nada innovadora respecto a trama -un viaje de héroe contado desde cuatro perspectivas donde hay que derrotar a un malo malísimo y salvar al mundo- pero eso no tiene por qué ser malo. Al contrario, pienso que el mundo de Samantha es bastante innovador en algunos aspectos (con varias incoherencias de construcción: ¿lava recorriendo las calles de una ciudad habitada? ¿Pólvora en algunos lugares, mientras en otros siguen luchando con espada y ballestas? Sospechoso.), pero que gracias a sus descripciones dinámicas y detalladas se crean espacios muy ricos y bonitos, lo que da al lector una sensación de maravilla.
Por otra parte, la historia es lenta (y, personalmente, las prefiero más rápidas) pero que, llegando al final, se acelera hasta llegar a ser inverosímil y apresurado. Pienso que sobran páginas en la primera mitad y faltan al final. Se centra mucho (demasiado) en la trama religiosa y se olvida del desarrollo de personajes y de avanzar la trama a un ritmo adecuado. No hay giros, ni sorprende en ningún momento, todo es bastante predecible.
Resultado de imagen de the priory of the orange tree artEn cuanto a su narrativa, me ha gustado. Es limpia, sus descripciones cuentan lo justo y tiene algunos diálogos muy bien construidos y que me han sacado alguna que otra sonrisa (excepto en el final, donde abusa de los monólogos explicativos fuera de lugar y de manera nada natural).
Sobre los personajes, en su mayoría, me han parecido descafeinados. Ead y Sabrán, para mí las mejores y con más evolución. Tané no me dice nada, Roos es interesante pero acaba de forma extraña y Loth no me dice absolutamente nada.

Respecto a ese tan alabado feminismo de la obra... Bueno, yo pienso que ese titulillo le va muy a la contra. ¿Qué pasa, que esta es la única novela fantástica feminista? Además, feminismo es igualdad, y en este libro veo más hembrismo que algo igualitario (que no tiene por qué ser un problema, ojo, muchísimas novelas fantásticas son machistas porque están inspirados en una época pseudo-medieval, lo que importa es el enfoque que le quiera dar el autor). Lo que sí creo que hace muy bien la autora es añadir personajes LGTBI de forma nada forzada, muy natural.

Así que, en resumen, es una novela que promete mucho y que se queda a medias tintas. A ratos la he disfrutado, y otras veces quería dejarla en la estantería a que cogiera polvo.

Ahora vamos a ponernos serios y a afilar los cuchillos:

(Ahora sí: SPOILERS, MUCHOS SPOILERS)

Es cierto que soy muy crítica, es un gran fallo que tengo porque, por culpa de eso, ¡no disfruto de casi ningún libro! Y es lo que me ha ocurrido en el Priorato; le he sacado tantos fallos que se me ha atragantado la lectura hasta casi 3 meses. (También es que soy tela de lenta leyendo)

Para empezar, los únicos personajes que me han resultado interesantes y bien construidos han sido Ead (para mí, la que lleva toodo el peso de la trama), astuta, leal y letal a partes iguales, sus dilemas morales y religiosos, su amor por sus amigos y sus creencias... han sido sin duda lo más interesante del libro. Al igual que su arco en el palacio, las intrigas palaciegas, sus luchas trepidantes con sus hermanas del Priorato o con los wyrms... Y, sobre todo, su romance con Sabran. Se cuece a fuego lento, no lo esperas al principio, pero se va construyendo con bases tan sólidas que no puedes no desear fervientemente que esas dos acaben juntas en la Laguna Láctea o donde quieran. Sabrán también me parece un personaje maravilloso, con sus conflictos sobre cómo reinar, con la maternidad, sus traumas...
Y por último, Niclays Roos. Su concepto de médico viejo, exiliado y cascarrabias, me pareció muy innovador, sin embargo, pierde el rumbo a medida que avanza la trama. ¿Por qué narices Roos acaba vivo, contra todo pronóstico? ¿Qué aporta? Solo va dando tumbos por el mundo, quejándose sobre su amor perdido... Le falta una mayor motivación y un gran papel.

Resultado de imagen de the priory of the orange tree artAdemás de Roos y Ead, los otros dos personajes que tienen un POV son Tané Miduchi, jinete de dragón, y Arletoth "Loth". Comencemos con Tané... ¡qué personaje más soso, por dios! No me transmitió nada, no evoluciona, se comporta con todos de la misma manera... No puede ser más insípida. Y Loth... uff... para mí el peor protagonista con diferencia. No tiene personalidad propia, hace lo que todos le mandan sin cuestionar (¡Venga, vamos a contagiarnos con una enfermedad mortal porque me lo ha dicho una mujer que acabo de conocer de un reino enemigo! ¡Venga, pues me monto a un barco de piratas sin intentar volver a casa!) Uy, qué soso por favor. Solo sirve para ir de aquí para allá yque conozcamos mundo, y para resolver huecos argumentales forzosamente.

Y esto que acabo de mencionar es, para mí, el gran problema del libro. Me gustan mucho sus diferencias religiosas, cómo cada reino tiene sus propias creencias muy distintas en base a una misma historia. Me gusta el concepto de cada reino, la magia (el sterren y el siden me parece un concepto maravilloso), y me gusta el equilibrio que tiene. Pero no me gusta nada cómo han sido llevadas esas buenas ideas.
Hay muchas peleas que se resuelven por arte de magia (Ejemplo: Tané consigue robarle la joya a la priora muerta y... ¡qué casualidad! Kalyba, la maga más poderosa, estaba al lado y no la intercepta y logra escapar, viva, y con la joya... Otro ejemplo: nuestro amigo Loth y Ead escapan de chorrocientas magas y... ¡vaya!, aparece un wyrm y consiguen escapar los dos a salvo... ._.) El plot armor es demasiado en este libro. Repito... ¡¡Por qué Roos sigue vivo después de que le corten una mano y le apuñalen!!
Respecto a los secundarios, ninguno me desagrada. La Emperatriz Dorada, los dos médicos amigos de Roos, el maestro de Tané en la Isla de las Plumas, Margret, Roslain, la viejecita doncella que muere en la cama de Sabran (no sé por qué pero esto sí que me dio muchísima pena), Truyde y Sulyard (me sobran completamente del libro) y varios más que se mencionan y luego carecen de importancia.  La verdad es que no me he encariñado con ninguno.

Y el final... Voy a respirar hondo, porque creo que el final es la guinda del desastre. Ay, lo bien que hubiera quedado este libro con más páginas o dividido en dos... NADIE IMPORTANTE MUERE. Ni siquiera Laya Yidagué muere. ¿Por qué? Un poquito de verosimilitud, por favor, en una guerra no puede no morir nadie. Y el villano. Siempre he pensado que los antagonistas tienen que estar al nivel de los protagonistas para que una historia sea buena. En este libro, el antagonista principal se presenta un capítulo antes de su muerte, acelerada como pocas que he leído y con un plot armor inconsistente. Por Dios, que ni se rompen un pie Tané o Ead después de hacer piruetas en el aire para clavar una espada en un dragón gigante...
Del epílogo no entiendo lo que le pasa a Tané, me gusta el desenlace de Sabran y Ead y Loth y Niclays, sin más.

En conclusión, de este libro me quedo con su hermoso y equilibrado mundo, con el precioso romance entre Ead y Sabran y con su primera mitad. Creo que Samantha Shannon es un diamante en bruto, con muy buenas ideas, pero sin saber qué hacer con ellas. Espero mucho de ella respecto a la fantasía en un futuro.


6/10

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